* Fuerzas externas: Los objetos en movimiento están sujetos a fuerzas como fricción, gravedad y resistencia al aire. Estas fuerzas pueden acelerar o desacelerar objetos, cambiando su velocidad.
* Procesos internos: Incluso dentro de un solo objeto, los procesos internos pueden cambiar su velocidad. Por ejemplo, un motor de cohete quema combustible, creando un empuje que acelera el cohete.
Sin embargo, podemos considerar algunos ejemplos:
* luz en el vacío: La luz viaja a una velocidad constante, aproximadamente 299,792,458 metros por segundo, independientemente del movimiento del observador. Este es uno de los principios fundamentales de la relatividad especial.
* Objetos en caída libre (ignorando la resistencia del aire): En el vacío, los objetos en caída libre se aceleran debido a la gravedad a una velocidad constante. Sin embargo, su velocidad no es constante, pero aumenta con el tiempo.
* Objetos en movimiento uniforme: Un objeto teórico que se mueve en línea recta sin ninguna fuerza que actúe sobre él mantendría una velocidad constante. Este es un escenario ideal que rara vez se encuentra en situaciones del mundo real.
En esencia, la velocidad constante es un concepto teórico que sirve como punto de referencia en la física. En la práctica, es difícil encontrar un ejemplo del mundo real en el que la velocidad permanezca absolutamente constante debido a las complejidades inherentes del universo.