* unión metálica: Este es un tipo único de enlace químico que se encuentra en los metales. Implica el intercambio de electrones delocalizados entre una red de iones metálicos cargados positivamente.
* Electrones delocalizados: Los electrones de valencia externa de los átomos de metal no están bien unidos a átomos individuales. En cambio, forman un "mar" de electrones de movimiento libre que pueden viajar por toda la red metálica.
* Atracción electrostática: Los iones metálicos cargados positivamente se mantienen unidos por la atracción electrostática al "mar" de electrones cargados negativamente.
Cómo esto crea una estructura sólida:
* fuerte y no direccional: Los enlaces metálicos son fuertes y no direccionales, lo que significa que los electrones no se limitan a enlaces específicos entre átomos individuales. Esto permite flexibilidad y permite que los átomos de metal se deslicen entre sí sin romper la estructura general.
* Arreglo regular: La fuerte atracción entre los iones y el mar de electrones obliga a los átomos a una disposición cristalina regular. Esta disposición contribuye a la fuerza y la rigidez de los metales.
* Alta conductividad: Los electrones delocalizados son libres de moverse, contribuyendo a la excelente conductividad eléctrica y térmica de los metales.
* maleabilidad y ductilidad: La naturaleza no direccional de los enlaces permite que los átomos de metal se deslicen entre sí bajo estrés, dándoles su maleabilidad (se puede martillar en las hojas) y la ductilidad (se puede dibujar en cables).
En resumen:
Los fuertes enlaces metálicos no direccionales crean una estructura bien empacada y ordenada en metales, lo que los hace fuertes, conductores, maleables y dúctiles. Esta combinación de propiedades hace que los metales sean ideales para diversas aplicaciones en construcción, fabricación y tecnología.