* Alta masa y carga: Las partículas alfa son relativamente pesadas (compuestas por dos protones y dos neutrones) y tienen una carga positiva. Esto los hace más propensos a interactuar con la carga positiva del núcleo y desviarse significativamente. Los electrones, mucho más ligeros y con una carga negativa, sería mucho menos probable que el núcleo desvíe.
* potencia de penetración: Las partículas alfa pueden penetrar materiales delgados como la lámina de oro, lo que les permite interactuar con los átomos dentro del papel de aluminio. Esta penetración es necesaria para que funcione el experimento.
* disponible: Las partículas alfa estaban fácilmente disponibles de fuentes radiactivas naturales como el radio, a las que Rutherford tenía acceso.
Aquí hay un desglose de por qué los electrones no fueron una buena opción:
* Masa de luz y carga débil: Los electrones son mucho más ligeros que las partículas alfa y su carga negativa es más débil. Esto significa que es menos probable que sean desviados por el núcleo cargado positivamente, lo que los hace menos útiles para estudiar la estructura de los átomos.
* Difícil de detectar: Los electrones son mucho más difíciles de detectar que las partículas alfa debido a su pequeño tamaño y baja masa.
En resumen, las propiedades de las partículas alfa, a saber, su alta masa, carga y potencia penetrante, las hicieron ideales para el innovador experimento de dispersión de Rutherford, lo que llevó al descubrimiento del núcleo.