El momento angular de un objeto se define como el producto de su masa, su velocidad y su distancia al eje de rotación. En el caso de la Tierra, la masa es muy grande, la velocidad es relativamente pequeña y la distancia al eje de rotación también es grande. Esto significa que la Tierra tiene un momento angular muy grande.
Las fuerzas de marea ejercidas por la Luna y el Sol hacen que la Tierra se abulte ligeramente en el lado que mira hacia ellos. Esto crea una ligera asimetría en la distribución de la masa de la Tierra, lo que hace que la Tierra se tambalee ligeramente sobre su eje. Este movimiento de oscilación se llama precesión.
La precesión hace que el eje de rotación de la Tierra se mueva lentamente con el tiempo. Esto significa que el momento angular de la Tierra no es constante, sino que va disminuyendo gradualmente. Sin embargo, la tasa de disminución es muy pequeña y el momento angular de la Tierra sigue siendo muy grande.