Los cohetes vienen en una amplia gama de tamaños. Los cohetes más pequeños caben en la palma de la mano, mientras que los cohetes más grandes miden varios cientos de metros de altura. El tamaño medio de un cohete es difícil de determinar, ya que depende de la aplicación específica para la que se utiliza. Por ejemplo, un cohete utilizado para poner en órbita un satélite normalmente sería mucho más grande que un cohete utilizado para lanzar un globo meteorológico.