1. Sólidos: La mayoría de los metales son sólidos a temperatura ambiente. Los ejemplos incluyen hierro, cobre, aluminio y oro. Algunos no metales, como el azufre y el yodo, también son sólidos a temperatura ambiente.
2. Líquidos: Sólo unos pocos elementos son líquidos a temperatura ambiente. Los ejemplos más conocidos son el mercurio y el bromo.
3. Gases: Muchos no metales son gases a temperatura ambiente. Estos incluyen hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y cloro. Algunos gases nobles, como el helio, el neón y el argón, también lo son a temperatura ambiente.
4. Metaloides: Los metaloides, que tienen propiedades tanto de metales como de no metales, pueden ser sólidos o gases a temperatura ambiente. Por ejemplo, el silicio y el germanio son metaloides sólidos, mientras que el boro y el telurio son metaloides gaseosos a temperatura ambiente.
Es importante tener en cuenta que existen excepciones a estas reglas generales y que algunos elementos pueden existir en diferentes estados físicos dependiendo de condiciones específicas como la temperatura y la presión. Para obtener información precisa sobre el estado físico de un elemento específico a temperatura ambiente, es mejor consultar una referencia química confiable o una base de datos científica.