Las superficies lisas tienen poca fricción. La fricción es la fuerza que resiste el movimiento de dos superficies en contacto. Es causada por la interacción de irregularidades microscópicas en las superficies. Cuando las superficies son lisas, hay menos irregularidades con las que interactúan, lo que reduce la fricción. Algunos ejemplos de superficies con poca fricción incluyen el hielo, el vidrio y el metal pulido.