En otras palabras, las ondas eléctricas y las ondas magnéticas se mueven en direcciones transversales. Esto contrasta con las ondas longitudinales, como las ondas sonoras, en las que las partículas del medio vibran en paralelo a la dirección de propagación.
La naturaleza transversal de las ondas electromagnéticas es una propiedad fundamental que tiene implicaciones importantes para su comportamiento y aplicaciones. Por ejemplo, es esta propiedad la que permite polarizar las ondas electromagnéticas, que se utiliza en una variedad de tecnologías como antenas de radio y gafas de sol.