En física, las fuerzas se representan como vectores, que tienen magnitud y dirección. Para determinar si las fuerzas están equilibradas o no, sumamos vectorialmente todas las fuerzas que actúan sobre el objeto. Si el vector resultante es cero, entonces las fuerzas están equilibradas y el objeto no experimentará ninguna aceleración. Sin embargo, si el vector resultante es distinto de cero, entonces las fuerzas están desequilibradas y el objeto acelerará en la dirección de la fuerza neta.
El concepto de fuerzas desequilibradas es fundamental para comprender el movimiento y la dinámica de los objetos. Constituye la base de la segunda ley del movimiento de Newton, que establece que la aceleración de un objeto es directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él e inversamente proporcional a su masa.