En un experimento doble ciego, tanto los participantes como los investigadores desconocen las asignaciones del tratamiento. Esto significa que ni los participantes ni los investigadores saben quién recibe el tratamiento experimental y quién recibe el tratamiento de control. Esto ayuda a eliminar cualquier sesgo que pueda surgir de las expectativas de los participantes o de los investigadores sobre el tratamiento.
Un experimento doble ciego se considera el estándar de oro para los ensayos clínicos porque ayuda a garantizar que los resultados no se vean influenciados por ningún sesgo.