La razón detrás de esta sincronización radica en el concepto de diferencia de fase. Cuando dos o más péndulos comienzan a oscilar en diferentes momentos, inicialmente tienen una diferencia de fase entre sus oscilaciones. Con el tiempo, debido a la influencia de la gravedad y la fuerza restauradora de los puntos de suspensión de los péndulos, la diferencia de fase comienza a disminuir.
A medida que los péndulos se acercan en fase, sus oscilaciones comienzan a influirse entre sí a través de un proceso llamado bloqueo de fase. Esta influencia mutua hace que sus frecuencias se alineen, lo que resulta en sincronización. Las oscilaciones de los péndulos se acoplan, alineándose de tal manera que alcanzan sus puntos más altos y más bajos al mismo tiempo.
El movimiento sincronizado de los péndulos se puede observar en varios sistemas físicos, como osciladores acoplados, relojes mecánicos e incluso sistemas biológicos como las luciérnagas. Este fenómeno demuestra las intrincadas dinámicas y comportamientos colectivos que surgen de las interacciones entre los componentes individuales de un sistema.