Concentración del estrés: A medida que avanza la grieta, la tensión delante de la punta de la grieta se intensifica. Esta concentración de tensiones es la fuerza impulsora de la propagación de grietas.
Rotura de vínculos: En la punta de la grieta, se cortan los enlaces atómicos entre átomos o moléculas en el material directamente delante de la grieta. Esta ruptura de enlaces interatómicos requiere energía, que puede provenir de diversas fuentes, como cargas aplicadas, tensiones residuales o gradientes de temperatura.
Deformación plástica: En algunos materiales, puede ocurrir deformación plástica cerca de la punta de la grieta. Esto implica una deformación localizada e irreversible del material para aliviar las altas tensiones. La deformación plástica puede contribuir al crecimiento de la grieta al proporcionar un camino de menor resistencia para que la grieta avance.
Microcracking: En materiales frágiles, la concentración de tensiones delante de la grieta puede provocar la formación de microfisuras o huecos. Estas microfisuras pueden fusionarse con la grieta principal o provocar una ramificación adicional de la grieta.
Propagación de crack: La combinación de rotura de la unión y deformación plástica conduce a la propagación de la grieta. A medida que se rompen nuevas uniones y el material se separa en la punta de la grieta, la grieta avanza, extendiendo la zona dañada dentro del material.
El comportamiento en el borde móvil de una grieta depende de las propiedades del material, las condiciones de tensión aplicadas y la microestructura del material. En algunos casos, la grieta puede propagarse de manera recta o quebradiza, mientras que en otros casos puede exhibir desviaciones, ramificaciones u otros patrones complejos de crecimiento de la grieta.