Un ejemplo del efecto muaré es la formación de superredes en semiconductores. Cuando se superponen dos capas de semiconductores con constantes de red ligeramente diferentes, el patrón muaré resultante puede conducir a la formación de nuevos estados electrónicos que no están presentes en ninguna de las capas individuales. Estos nuevos estados pueden tener propiedades únicas, como conductividad o magnetismo mejorados, que pueden explotarse para diversas aplicaciones tecnológicas.
Otro ejemplo del efecto muaré es la formación de arrugas en el grafeno. Cuando el grafeno se coloca sobre un sustrato con una constante de red ligeramente diferente, el patrón muaré puede hacer que el grafeno se arrugue. Estas arrugas pueden provocar cambios en las propiedades electrónicas del grafeno, como un aumento de la resistencia o la aparición de nuevas bandas prohibidas.
El efecto muaré también se ha observado en otros materiales, como metales, polímeros e incluso sistemas biológicos. En cada caso, el patrón muaré puede dar lugar a la aparición de nuevas propiedades que no están presentes en los materiales originales.
El efecto muaré es una poderosa herramienta para manipular las propiedades de los materiales. Al comprender la física subyacente del efecto muaré, los científicos pueden diseñar materiales con propiedades adaptadas a aplicaciones específicas.