El reloj corporal está controlado por una pequeña región del cerebro llamada núcleo supraquiasmático (SCN). El SCN contiene un grupo de neuronas que se activan en un patrón rítmico, produciendo un ciclo de alerta y sueño de 24 horas. El reloj SCN se sincroniza con el mundo exterior mediante luz, que es detectada por los ojos y enviada al SCN.
Los investigadores crearon su reloj artificial combinando las proteínas que forman el reloj SCN en un tubo de ensayo. Descubrieron que las proteínas podían interactuar entre sí para producir un ritmo de expresión genética de 24 horas, incluso en ausencia de luz. Esto sugiere que el reloj SCN es autosostenible y no requiere aportaciones del mundo exterior para funcionar.
Los investigadores afirman que su reloj artificial podría utilizarse para estudiar cómo el reloj corporal está regulado por diferentes factores, como la luz, las hormonas y los fármacos. Los hallazgos también podrían ayudar a los investigadores a desarrollar nuevos tratamientos para los trastornos que afectan el reloj corporal, como el desfase horario y el trastorno del trabajo por turnos.
"Ahora tenemos una manera de estudiar los mecanismos moleculares del reloj en un ambiente muy controlado", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Michael Young, profesor de bioquímica y biofísica en la UCSF. "Esto podría conducir a nuevos conocimientos sobre cómo el reloj regula nuestro cuerpo y a nuevos tratamientos para los trastornos que afectan al reloj".
Los investigadores planean seguir estudiando su reloj artificial para aprender más sobre cómo funciona. También planean utilizar el reloj para detectar drogas que podrían afectar el reloj corporal.