A medida que los sistemas aumentan en tamaño y complejidad, el número de grados de libertad involucrados también aumenta, lo que lleva a un rápido aumento en el número de interacciones posibles. Esto, a su vez, aumenta la probabilidad de decoherencia y hace que sea extremadamente difícil preservar las correlaciones cuánticas a escalas macroscópicas.
A pesar de estos desafíos, se han realizado investigaciones y esfuerzos experimentales en curso para observar correlaciones cuánticas en sistemas macroscópicos. Un ejemplo de ello es la condensación de Bose-Einstein (BEC), que implica una gran cantidad de partículas que ocupan el mismo estado cuántico a temperaturas extremadamente bajas. BEC puede exhibir ciertas propiedades cuánticas, como coherencia y transiciones de fase, que están influenciadas por efectos cuánticos a mayor escala.
Otra área de interés es la óptica cuántica, donde se han realizado experimentos para explorar los efectos cuánticos en sistemas ópticos macroscópicos. Estos experimentos implican la manipulación de haces de luz o fotones de una manera que demuestra comportamientos no clásicos y correlaciones cuánticas.
Si bien estos experimentos muestran aspectos prometedores de los fenómenos cuánticos en sistemas macroscópicos, la observación y el control de las correlaciones cuánticas a un nivel verdaderamente macroscópico siguen siendo desafíos científicos importantes.