1. Cambios fluidos:
En gravedad cero, la ausencia de gravedad elimina los gradientes de presión hidrostática habituales que están presentes en la Tierra. Como resultado, hay cambios de fluidos dentro del cuerpo, incluido un desplazamiento de sangre y otros fluidos hacia la cabeza. Esto puede provocar varios cambios fisiológicos.
2. Síndrome de desplazamiento de fluidos hacia la cabeza y adaptación espacial:
El desplazamiento de líquido hacia la cabeza puede provocar una afección conocida como síndrome de adaptación espacial (SAS), que suelen experimentar los astronautas durante los primeros días de un vuelo espacial. Los síntomas de SAS incluyen hinchazón facial, congestión nasal, dolores de cabeza y sensación de plenitud en la cabeza. El cerebro se adapta a estos cambios con el tiempo, lo que reduce la gravedad de los síntomas del SAS.
3. Cambios en el líquido cefalorraquídeo:
La distribución del líquido cefalorraquídeo (LCR) que rodea el cerebro puede alterarse en gravedad cero. Se cree que el LCR se mueve hacia arriba, lo que contribuye a la sensación de plenitud de la cabeza y a posibles cambios en la presión intracraneal.
4. Adaptación de las funciones sensoriomotoras:
El sistema vestibular, responsable del equilibrio y la orientación espacial, depende en gran medida de la gravedad para proporcionar información sobre las posiciones de la cabeza y el cuerpo. En gravedad cero, el sistema vestibular necesita adaptarse a las señales sensoriales alteradas. Esta adaptación puede provocar desorientación temporal y mareos, que suelen desaparecer al cabo de unos días.
5. Neuroplasticidad:
La gravedad cero plantea desafíos a los circuitos neuronales del cerebro que procesan la información sensorial y controlan las funciones motoras. El cerebro sufre cambios neuroplásticos para adaptarse a condiciones inusuales, lo que da como resultado conexiones neuronales mejoradas y una mejor coordinación sensoriomotora.
6. Impacto en las funciones cognitivas:
Algunos estudios sugieren que las condiciones de gravedad cero pueden afectar ciertas funciones cognitivas, incluida la memoria, la atención y el procesamiento espacial. Sin embargo, la evidencia aún no es concluyente y se necesitan más investigaciones para comprender completamente los efectos cognitivos de la exposición prolongada a la gravedad cero.
7. Efecto sobre las estructuras cerebrales:
La exposición prolongada a la gravedad cero puede provocar cambios estructurales en el cerebro. La investigación que utiliza técnicas de neuroimagen ha indicado posibles alteraciones en los volúmenes cerebrales, particularmente en regiones asociadas con el procesamiento espacial y el control motor.
Es importante señalar que la mayor parte de las investigaciones actuales sobre los efectos de la gravedad cero en el cerebro se han llevado a cabo durante vuelos espaciales de relativamente corta duración. Las consecuencias a largo plazo de la gravedad cero en el cerebro humano, particularmente para las misiones espaciales prolongadas, aún no se comprenden completamente y requieren más investigación.