Una de esas hipótesis es la teoría del cerebro de Boltzmann. Esta teoría sugiere que en un universo vasto e infinito, las fluctuaciones aleatorias en la radiación cósmica de fondo podrían dar lugar a regiones localizadas con apariencia de orden, como nuestro universo observable. Sin embargo, esta teoría ha sido criticada por su baja probabilidad y falta de evidencia empírica.
Otra hipótesis es el argumento de la simulación propuesto por Nick Bostrom, filósofo de la Universidad de Oxford. Bostrom sostiene que lo más probable es que estemos viviendo en una simulación porque sería tecnológicamente factible para las civilizaciones avanzadas crear realidades simuladas. Sin embargo, este argumento se basa en razonamientos filosóficos más que en evidencia científica.
Si bien estas hipótesis proporcionan experimentos mentales intrigantes, carecen de apoyo empírico y son de naturaleza especulativa. El método científico requiere observación rigurosa, experimentación y predicciones falsables para establecer teorías y leyes de la física. Hasta que surja evidencia empírica, la idea de que vivimos en una simulación por computadora sigue siendo un concepto filosófico y especulativo.
La física moderna, incluida la mecánica cuántica, la teoría de cuerdas y las teorías del multiverso, proporciona modelos complejos y fascinantes de la realidad, pero no respaldan ni exigen directamente la idea de que estemos viviendo en una simulación por computadora.