Los icebergs tienen una variedad de formas, desde redondeadas hasta bloques, largas y estrechas. Cuando la parte sumergida de un iceberg es más ancha que la parte que está sobre el agua, puede provocar que el iceberg se desequilibre y se dé la vuelta.
2. Cambio de peso
A medida que los icebergs se derriten, pierden masa y su centro de gravedad cambia. Esto también puede hacer que un iceberg se vuelva inestable y se dé vuelta.
3. Corrientes y vientos submarinos
Las fuertes corrientes y los vientos pueden empujar contra el costado de un iceberg y provocar que se vuelque.
4. Actividad sísmica
Los terremotos y otros eventos sísmicos pueden generar ondas y vibraciones del suelo que pueden hacer que los icebergs se vuelquen.
5. Colisión con otros objetos
Si un iceberg choca con otro iceberg, un barco o una masa de tierra, puede verse obligado a volcarse.
Los icebergs pueden volcarse muy rápidamente y el proceso puede ser muy peligroso para las personas que se encuentran cerca. En algunos casos, los icebergs que se voltean pueden generar tsunamis.