Suspensiones escolares:si bien las políticas de tolerancia cero en las escuelas tienen como objetivo disuadir el mal comportamiento y garantizar la seguridad, las investigaciones sugieren que han dado lugar a tasas de suspensión desproporcionadamente más altas para las minorías y los estudiantes de entornos de bajos ingresos. En lugar de mejorar la seguridad escolar o el rendimiento académico, pueden provocar el distanciamiento de los estudiantes y obstaculizar el crecimiento personal.
Leyes antidrogas:Los enfoques de tolerancia cero hacia los delitos relacionados con las drogas han resultado en una aplicación estricta, llenando las prisiones con delincuentes no violentos relacionados con las drogas. Sin embargo, los estudios muestran que estas estrategias no necesariamente han frenado el consumo de drogas o los delitos relacionados. En cambio, los recursos que podrían asignarse a rehabilitación y tratamiento se desvían hacia medidas punitivas.
Disciplina en el lugar de trabajo:en el entorno corporativo, las reglas de tolerancia cero pueden brindar una sensación de justicia al garantizar un enfoque coherente ante la mala conducta de los empleados. Sin embargo, los críticos argumentan que estas políticas pueden ser demasiado rígidas en algunos casos y que las variaciones situacionales podrían requerir un enfoque discrecional de las acciones disciplinarias.
Agresión sexual en el campus:si bien muchas universidades y facultades han implementado políticas de tolerancia cero para manejar la violencia sexual en los campus, las tasas de agresiones sexuales no parecen estar disminuyendo significativamente. Los críticos proponen centrarse más en la educación preventiva, el consentimiento y los recursos de apoyo para abordar las causas fundamentales.
Sistemas de justicia juvenil:Las políticas de tolerancia cero en la justicia juvenil han sido criticadas por no considerar las circunstancias individuales y potencialmente empujar a los jóvenes a una mayor participación en el sistema de justicia penal. Los enfoques alternativos que priorizan los principios de rehabilitación y justicia restaurativa pueden ser más beneficiosos a largo plazo.
Estos hallazgos sugieren que, si bien las políticas de tolerancia cero pueden dar la impresión de una postura dura sobre ciertas cuestiones, es posible que el impacto real en esas cuestiones no siempre coincida con las expectativas. Los formuladores de políticas deben evaluar críticamente los resultados y los efectos colaterales de los enfoques de tolerancia cero para garantizar que no conduzcan inadvertidamente a injusticias o consecuencias no deseadas que superen los beneficios previstos.