1. Trayectoria inicial :Cuando se dispara el arma, la bala es impulsada hacia arriba debido a la fuerza generada por la explosión de pólvora. Sigue una trayectoria parabólica, alcanzando inicialmente su punto más alto antes de descender de regreso a la Tierra debido a la gravedad.
2. Alcanzar el ápice :La bala continúa ascendiendo hasta alcanzar su altitud máxima, conocida como el vértice de su trayectoria. En este punto, su velocidad se reduce a cero momentáneamente antes de comenzar a retroceder debido a la gravedad.
3. Velocidad terminal :Cuando la bala comienza su descenso, experimenta resistencia del aire, lo que hace que su velocidad disminuya. Finalmente, alcanza un estado conocido como velocidad terminal, donde la resistencia del aire equilibra la fuerza de gravedad. En este punto, la velocidad de la bala permanece constante hasta que golpea un objeto o el suelo.
4. Impacto y rebote :Cuando la bala vuelve a caer a la Tierra, puede impactar en varios objetos, incluidos edificios, vehículos o incluso personas, lo que supone un importante peligro para la seguridad. El impacto de la bala puede causar daños y existe el riesgo de rebotes, donde la bala rebota de forma impredecible después de golpear una superficie dura.
5. Aterrizaje impredecible :La ubicación exacta donde caerá la bala no se puede predecir con precisión debido a factores como el viento, la resistencia del aire y el ángulo inicial en el que se disparó el arma. Esta imprevisibilidad hace que disparar armas directamente al aire sea extremadamente peligroso, ya que la bala puede viajar una distancia considerable y causar daño incluso si no está apuntada a un objetivo específico.
Es crucial enfatizar que disparar armas al aire no sólo es peligroso sino también ilegal en muchas jurisdicciones. La seguridad de las armas es primordial y nunca es aconsejable apuntar un arma de fuego en cualquier dirección que no sea un objetivo seguro.