Un objeto en movimiento permanecerá en movimiento y un objeto en reposo permanecerá en reposo, a menos que actúe sobre él una fuerza desequilibrada.
- Esta ley establece que un objeto mantendrá su estado actual de movimiento (ya sea en movimiento o en reposo) a menos que se le aplique una fuerza externa.
- Por ejemplo, si un libro está sobre una mesa, seguirá ahí hasta que alguien lo empuje o tire.
Segunda ley de Newton:
La aceleración de un objeto es directamente proporcional a la fuerza neta aplicada e inversamente proporcional a la masa del objeto.
- Esta ley relaciona la aceleración de un objeto (tasa de cambio de velocidad) con la fuerza neta que actúa sobre él y su masa.
- Cuanta más fuerza se aplica a un objeto, mayor será su aceleración (suponiendo que su masa permanezca constante). Por el contrario, cuanto más masivo sea un objeto, menos acelerará ante una fuerza determinada.
- Por ejemplo, cuando pateas una pelota de fútbol, la pelota se acelera en la dirección de la fuerza que aplicaste (tu patada). La fuerza de tu patada determina la velocidad a la que viaja la pelota (la aceleración). Si la pelota pesara el doble, aceleraría a la mitad de velocidad.
Tercera ley de Newton:
Por cada acción hay una reacción igual y opuesta.
- Esta ley establece que en las interacciones siempre intervienen dos fuerzas:la de acción y una fuerza de reacción de igual fuerza en sentido contrario.
- Por ejemplo, cuando empujas contra una pared, la pared te empuja con la misma cantidad de fuerza.
- Esto explica por qué sientes resistencia al intentar mover un objeto, como empujar un coche.
Estas leyes son fundamentales para nuestra comprensión del movimiento de los objetos y tienen innumerables aplicaciones en ingeniería, ciencia espacial y la vida cotidiana.