Ya sea que estén escuchando música, hablando con amigos o simplemente disfrutando de los sonidos de la naturaleza, la mayoría de las personas confían en su audición para experimentar el mundo que les rodea. Comprender cómo funciona la audición y la forma en que los científicos miden el sonido es importante para proteger este valioso activo.
TL; DR (demasiado largo; no se leyó)
Los sonidos asociados con los aviones a reacción miden entre 120 y 140 decibelios. Cualquier sonido por encima de 85 decibeles tiene el potencial de causar daño auditivo, especialmente con exposición frecuente o prolongada. Usar protección para los oídos y limitar la exposición a los sonidos fuertes es la mejor manera de protegerse contra la pérdida auditiva inducida por el ruido.
Cómo funciona la audición
Cuando escuchas un sonido, el proceso se siente instantáneo. Sin embargo, las cosas que suceden entre escuchar y reconocer un sonido son complejas. Su oído externo actúa como un embudo, capturando ondas sonoras y dirigiéndolas hacia el canal auditivo. Estas ondas sonoras hacen que el tímpano asentado profundamente en el canal auditivo vibre. Las vibraciones del tímpano mueven los tres huesos en el oído medio, amplificando la vibración y pateándola hacia el oído interno.
El oído interno, o cóclea, contiene líquido y un revestimiento de pequeñas células ciliadas. A medida que las vibraciones se mueven a través de la cóclea, el líquido también se mueve y activa las células ciliadas, que convierten las vibraciones en señales eléctricas. Estas señales viajan al cerebro a través del nervio auditivo, lo que le permite reconocer el sonido que escucha.
Motores de reacción cuantificados
Los sonidos varían mucho. Los científicos usan decibelios para medir el volumen de un sonido. El sonido más débil que puede escuchar mide cero decibelios, mientras que el sonido más fuerte alcanza los asombrosos 194 decibelios. Cuando se trata de cuantificar el nivel de ruido asociado con los motores a reacción, los expertos ofrecen un rango: 120 a 140 decibelios. En comparación, tanto la conversación normal como tocar un piano producen sonidos de 60 a 70 decibelios, mientras que la música amplificada en un concierto puede exceder los 120 decibelios.
Pérdida auditiva inducida por ruido
Los sonidos fuertes producen ondas de sonido más grandes y vibraciones más grandes, que pueden dañar las células ciliadas en la cóclea. Este daño generalmente se acumula lentamente y sin dolor, por lo que es posible que no note que sucede. Sin embargo, la pérdida auditiva inducida por el ruido es permanente. Cualquier ruido superior a 85 decibeles tiene el potencial de causar daño auditivo, especialmente si la exposición al ruido es prolongada o frecuente. A 85 decibelios, el daño ocurre después de ocho horas de exposición, mientras que solo dos horas a 91 decibelios resultan en daño. El sonido solo se vuelve físicamente doloroso a aproximadamente 125 decibeles, por lo que es posible superar el umbral de 85 decibelios sin darse cuenta.
Es una buena idea usar protección auditiva, como tapones para los oídos o orejeras (o ambos) si espera una exposición prolongada o frecuente al sonido por encima del límite de exposición al ruido y, si puede, evite los sonidos excesivamente altos. Comprender cómo funciona la audición y la forma en que los científicos miden el sonido es un gran primer paso para proteger su complicado y delicado sentido de la audición.