El plasma es un gas ionizado, es decir, un gas que contiene electrones, iones, átomos, moléculas, radicales y fotones. A menudo se le llama el cuarto estado de la materia y, sorprendentemente, lo impregna todo. Los plasmas, que se generan artificialmente transmitiendo energía a un gas, se encuentran en los tubos fluorescentes que iluminan las cocinas, pero también han permitido que los teléfonos móviles sean cada vez más pequeños.
El plasma ha supuesto una auténtica revolución en el mundo de la tecnología. Antes, para grabar los circuitos en las placas de silicio utilizadas en dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles, era necesario utilizar productos químicos contaminantes. Ahora, el uso del plasma ha permitido hacer esto de forma más limpia y precisa, posibilitando que las rendijas sean cada vez más pequeñas y, con ellas, los dispositivos.
Pero el plasma también tiene otras aplicaciones, como el tratamiento del agua. Los grupos FQM-136 Física de Plasmas y FQM-346 Catálisis Orgánica y Materiales Nanoestructurados de la Universidad de Córdoba han colaborado en un estudio de investigación cuyo objetivo era la eliminación de contaminantes presentes en el agua mediante la aplicación de plasma para favorecer procesos químicos.
Su estudio se publica en la revista Chemosphere. .
Con el objetivo de abordar el problema de la creciente presencia de contaminantes orgánicos en las aguas, como colorantes y otros compuestos procedentes de la actividad agrícola e industrial en aguas que desestabilizan los ecosistemas, estos investigadores optaron por la aplicación de plasma.
En 2017 demostraron, por primera vez, que los plasmas de argón inducidos por microondas abiertas al aire, al actuar sobre el agua, generaban en ella especies reactivas que contienen oxígeno y nitrógeno (como radicales hidroxilo, peróxido hidrónico, radicales de nitrógeno) capaces de descontaminarlo.