Los humanos necesitan oxígeno para vivir, pero no tanto como se podría pensar. La concentración mínima de oxígeno en el aire requerida para la respiración humana es del 19.5 por ciento. El cuerpo humano toma el oxígeno que se respira de los pulmones y lo transporta a las otras partes del cuerpo a través de los glóbulos rojos del cuerpo. Cada célula usa y requiere oxígeno para prosperar. La mayoría de las veces, el aire en la atmósfera contiene la cantidad adecuada de oxígeno para una respiración segura. Pero a veces, el nivel de oxígeno puede caer debido a que otros gases tóxicos reaccionan con él.
Composición del aire normal
Cada vez que respira inhala más que el oxígeno. El aire normal en nuestro ambiente consiste en algunos gases diferentes. Aproximadamente el 78 por ciento del aire es nitrógeno gaseoso, mientras que solo el 20.9 por ciento es oxígeno. La fracción restante se compone principalmente de gas argón, pero también hay pequeñas cantidades de dióxido de carbono, neón y helio.
Niveles seguros de oxígeno
Para que los humanos y muchos animales puedan mantener las funciones normales, el porcentaje de oxígeno requerido para mantener la vida se encuentra dentro de un rango pequeño. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, OSHA, determinó que el rango óptimo de oxígeno en el aire para los humanos oscila entre el 19.5 y el 23.5 por ciento.
No es suficiente el oxígeno: efectos secundarios
Pueden ocurrir efectos secundarios graves si los niveles de oxígeno caen fuera de la zona segura. Cuando las concentraciones de oxígeno caen del 19.5 al 16 por ciento y usted realiza actividad física, sus células no reciben el oxígeno necesario para funcionar correctamente. Las funciones mentales se alteran y la respiración es intermitente a concentraciones de oxígeno que disminuyen del 10 al 14 por ciento; en estos niveles con cualquier cantidad de actividad física, el cuerpo se agota. Los seres humanos no sobrevivirán con niveles del 6 por ciento o menos.
Demasiado oxígeno: efectos secundarios
Los niveles de oxígeno más altos de lo normal no son tan dañinos para la vida, pero hay una aumento del riesgo de incendio o explosión. Con concentraciones extremadamente altas de oxígeno en el aire, los humanos pueden experimentar efectos secundarios dañinos. Los niveles muy altos de oxígeno causan la formación de radicales libres oxidantes. Estos radicales libres atacan los tejidos y las células del cuerpo y provocan espasmos musculares. Los efectos de una exposición corta pueden revertirse, pero la exposición prolongada puede causar la muerte.
Enfermedad de altitud
La cantidad correcta de oxígeno comienza a nivel del mar. Cuando aumenta la altitud, como conducir o subir una montaña, hay menos presión atmosférica. La presión más baja permite que el aire se expanda más de lo que lo hace al nivel del mar. Si bien la proporción de oxígeno y nitrógeno en el aire sigue siendo la misma, hay menos moléculas disponibles dentro del mismo espacio. Cada respiración que toma a una altitud más alta contiene menos moléculas de oxígeno que la respiración a una altitud menor. Esto puede causar mal de altura. La mayoría de las personas afectadas por el mal de altura experimentan náuseas, dolor de cabeza y fatiga. Sin un tratamiento adecuado, el problema puede ser más grave.