Los niños de segundo grado pueden comenzar a preguntarse de dónde viene el sonido o preguntarse cómo pueden oír los ruidos. Aunque es importante informar a los niños sobre lo básico, haciéndoles saber que las ondas de sonido mueven el aire y llegan a los oídos a través de la vibración, una actividad práctica a menudo les ayuda a entender claramente este concepto. Ayude a los alumnos de segundo grado a comprender estas ideas presentándoles una variedad de actividades divertidas y educativas.
Buenas, Buenas, Buenas Vibraciones
Desde el Laboratorio Científico Loco de Reeko, este sencillo experimento simplemente y claramente ilustra para los jóvenes que el sonido es solo aire en movimiento. Apodado "Bueno, bueno, buenas vibraciones", esta actividad requiere una cuerda de 2 pies, una goma, una cuchara de metal y una mesa. Coloque la cuchara de metal en el punto medio de la cuerda, usando la banda elástica. Los niños luego envuelven o atan (pero no demasiado apretadamente, manteniendo la circulación en mente) los extremos de la cuerda en los dedos índices de cada mano y suavemente colocan esos dedos índices en sus orejas. Mientras están parados al lado de una mesa, los niños se inclinan hacia la mesa y la alejan, haciendo que la cuchara toque la superficie. Cuando la cuchara golpea la mesa, hace que las vibraciones viajen desde la cuchara a lo largo de la banda de goma, la cuerda y los dedos; esas vibraciones finalmente llegan a los oídos, donde el cerebro los interpreta como sonido.
Esta actividad clásica ilustra que el sonido es vibraciones, pero se expande en la complejidad de la idea al agregar un elemento musical. La actividad del xilófono de vidrio usa cualquier cantidad de vasos o botellas de vidrio (scholastic.com recomienda de seis a 18), una jarra (o algunas) de agua, lápices o cucharas de metal y lápiz y papel (para registrar los resultados). Permita que los niños experimenten tocando lápices o cucharas en vasos vacíos, respondiendo a los sonidos producidos. A continuación, agregue distintos niveles de líquido a las gafas, y observe cómo cambian los sonidos según la cantidad de líquido. Divida a los niños en grupos, con un par de vasos llenos de cantidades variables de líquido; anímalos a probar diferentes niveles de líquidos y crear composiciones musicales, registrando sus hallazgos en papel. Agregue colorante alimentario al líquido para variar, y pruebe diferentes líquidos, como jugo o leche, y observe los cambios en el tono. Esta actividad desarrolla el pensamiento creativo, alienta las habilidades musicales e ilustra aún más el concepto de sonido como vibraciones; más líquido en el cristal inhibe la vibración y profundiza el tono, mientras que menos líquido deja las vibraciones sonar libremente.
Slinky Sound Waves
Esta divertida actividad basada en juguetes ilustra visualmente el movimiento del sonido. Sugerido por el Museo de Ciencias de Minnesota, este experimento no requiere más que un Slinky y algunos jóvenes voluntarios. Dos jóvenes estiran con cuidado el Slinky entre ellos, apoyándolo en el suelo o la mesa y asegurándose de que no se retuerza, creando una distancia de unos 10 pies. El niño en un extremo del Slinky representa la fuente de sonido, mientras que el niño en el otro extremo es el receptor de sonido o el oído. Cuando la fuente de sonido le da un empujón al Slinky, las bobinas del Slinky viajan al otro extremo del resorte, alcanzando la oreja. Esto imita visualmente las ondas de sonido que se mueven por el aire. Permita que los niños experimenten empujando más o menos a la fuerza (nunca demasiado a la fuerza, por supuesto) para representar sonidos más fuertes y más silenciosos, y brinde a los socios la oportunidad de desempeñar cada rol.