Una centrífuga es un aparato que consiste en un compartimento que gira sobre un eje central. El movimiento giratorio hace que los materiales se separen en función de sus diferentes gravedades. Un rotor centrífugo es la unidad giratoria de la centrífuga, que tiene agujeros fijos taladrados en ángulo. Los tubos de prueba se colocan dentro de estos agujeros y el rotor gira para ayudar en la separación de los materiales. Hay tres tipos de rotores centrífugos: rotores oscilantes, de ángulo fijo y verticales.
Rotores basculantes
Un rotor basculante generalmente admite muestras que varían en volumen desde 36 ml hasta 2.2 mL. Los cubos oscilantes pueden admitir dos tipos de separaciones: rate-zonal e isopycnic. Se prefieren cangilones para separaciones de frecuencia zonal, porque la distancia entre el exterior del menisco y el exterior del fondo del tubo es lo suficientemente larga para que ocurra la separación.
Rotores de ángulo fijo
Los rotores de ángulo fijo se utilizan generalmente para aplicaciones de granulación a partículas de gránulos de una suspensión y eliminar el exceso de escombros, o para recoger el gránulo. Las cavidades del rotor varían de 0,2 ml a 1 ml. El aspecto más importante al decidir usar un rotor de ángulo fijo es el factor K. El factor K indica cuán eficiente puede rotar el rotor a máxima velocidad. Cuanto menor es el factor K, mayor es la eficiencia de peletización.
Rotores verticales
Los rotores verticales son altamente especializados. Normalmente se usan para agrupar ADN en cloruro de cesio. Los rotores verticales tienen factores K muy bajos, lo que es útil si la partícula debe moverse solo una corta distancia hasta que se precipite. El tiempo de ejecución en los rotores verticales es corto.