Instalación de un colimador en el LHC. Los colimadores protegen el equipo sensible de las partículas que se escapan. Crédito:Maximilien Brice, Julien Ordan / CERN
El rendimiento del LHC se basa en la aceleración y la colisión de haces de partículas diminutas con intensidades sin precedentes. Si incluso una pequeña fracción de las partículas circulantes se desvía de la trayectoria establecida con precisión, puede apagar un imán superconductor del LHC o incluso destruir partes del acelerador. La energía de los dos haces del LHC es suficiente para fundir casi una tonelada de cobre.
Es por eso que el LHC muestra sus dientes cada vez que las partículas se comportan mal. Estos "dientes" son parte de dispositivos especiales alrededor del LHC, llamados colimadores. Sus mandíbulas, bloques móviles de materiales robustos, se cierran alrededor del rayo para limpiarlo de partículas extraviadas antes de que se acerquen a las regiones de colisión. Los materiales de los que están hechas las mordazas pueden soportar condiciones extremas de temperatura y presión, así como altos niveles de radiación.
Más de un centenar de estos guardaespaldas se colocan alrededor del LHC. También se instalan a cada lado de los experimentos del LHC para absorber las partículas extraviadas antes de que se acerquen a las regiones de colisión.
Con el aumento esperado en el número de colisiones de partículas en el LHC de alta luminosidad, la intensidad del haz será mucho mayor. El departamento de ingeniería del CERN está desarrollando nuevos colimadores para cumplir con los requisitos de limpieza de haces del futuro proyecto. Algunas de las innovaciones recientes en el sistema de colimación del LHC incluyen un cable y un colimador de cristal.