* Nuestros cuerpos son ecosistemas: Nuestra piel, cabello e incluso dentro de nuestras bocas y sistemas digestivos están repletos de bacterias, hongos, ácaros y otra vida microscópica. La mayoría de estos organismos son inofensivos o incluso beneficiosos, jugando un papel en cosas como la digestión y el desarrollo del sistema inmunitario.
* Las casas y edificios proporcionan refugio: Las casas, apartamentos y otras estructuras ofrecen calidez, humedad y fuentes de alimentos (como migas o bebidas derramadas) que atraen insectos, roedores e incluso animales más grandes como los murciélagos.
* jardines y parques: Los paisajes creados por los humanos, como jardines y parques, pueden proporcionar hábitats para una variedad de insectos, aves y otras vida silvestre.
* Ciudades y áreas urbanas: Incluso los entornos urbanos, a pesar del concreto y el acero, pueden organizar una variedad sorprendentemente diversa de vida pequeña, como palomas, ratas y varios insectos.
La relación:
La relación entre los humanos y estos pequeños organismos es compleja. Algunos son beneficiosos, como las bacterias en nuestro intestino que nos ayudan a digerir los alimentos. Otros pueden ser dañinos, como los mosquitos o cucarachas que portan enfermedades que pueden desencadenar alergias.
Es importante recordar que:
* Los humanos no son los únicos "anfitriones" para estos organismos; Existen en entornos naturales también.
* Si bien algunos organismos pueden causar daño, muchos son esenciales para mantener ecosistemas saludables.
* Comprender la relación entre los humanos y estas pequeñas formas de vida es importante para nuestra salud y la salud del medio ambiente.