Cuando un huracán toca tierra, suceden varias cosas. Los vientos del huracán pueden causar daños a edificios, infraestructura y vegetación. Las marejadas ciclónicas pueden provocar inundaciones y las fuertes lluvias pueden provocar deslizamientos de tierra y deslizamientos de tierra. Las marejadas ciclónicas y las olas también pueden provocar erosión y daños a los ecosistemas costeros.
Además, los huracanes pueden generar tornados, que pueden causar daños mayores. La combinación de estos factores puede hacer que los huracanes sean muy peligrosos para las personas que viven en zonas costeras.