Este informe analiza las implicaciones socioeconómicas del cambio climático en las zonas rurales y urbanas de América Latina y brinda ideas sobre cómo diseñar una transición socialmente justa y sostenible.
La transición debe combinar tres dimensiones de equidad:
Equidad distributiva: Distribución justa de los beneficios y costes de la transición climática.
Equidad procesal: Igualdad de oportunidades para participar en los procesos de toma de decisiones.
Patrimonio de reconocimiento: Reconocer y promover la agencia local de las poblaciones afectadas y vulnerables.
Algunas acciones específicas hacia una transición climática socialmente equilibrada en América Latina son:
Diálogo social: Promover el diálogo entre los diferentes actores para diseñar políticas.
Inversión en comunidades rurales: Invertir en fortalecer la resiliencia de las comunidades rurales.
Promover empleos verdes inclusivos: Priorizar la creación de empleo, la formación de habilidades y las condiciones de trabajo dignas.
Apoyo a grupos vulnerables: Desarrollar políticas específicas para las mujeres, las comunidades indígenas y la economía informal.
Mejorar la planificación urbana: Invertir en transporte y vivienda sostenibles y aumentar el acceso a espacios verdes.
Mejorar la resiliencia ante fenómenos meteorológicos extremos: Invertir en infraestructura y sistemas de alerta temprana.
Aumentar el acceso a la financiación climática: Facilitar el acceso a financiación climática internacional para proyectos locales.
Finalmente, es importante reconocer que la transición climática no se trata solo de reducir las emisiones, sino también de crear una sociedad más justa y equitativa. Al tomar las decisiones correctas, América Latina puede construir un futuro sostenible y próspero para sus ciudadanos y al mismo tiempo proteger el medio ambiente.