1. Climas más fríos y húmedos :Durante ciertos períodos de la historia de la Tierra, como la Pequeña Edad del Hielo entre los siglos XIV y XIX, las condiciones climáticas más frías y húmedas facilitaron la propagación de hongos patógenos. Por ejemplo, en Europa, las condiciones más húmedas impulsaron la expansión del hongo de pudrición de la raíz Armillaria, causando grandes daños a los bosques.
2. Sequía y estrés :En algunos casos, las sequías prolongadas combinadas con temperaturas más cálidas pueden estresar a los árboles, haciéndolos más susceptibles a las infecciones por hongos. Por ejemplo, a mediados del siglo XX, una importante sequía en el oeste de Estados Unidos debilitó los árboles, lo que permitió que los escarabajos de la corteza y los hongos asociados infestaran y mataran millones de pinos.
3. Cambios de vegetación provocados por el clima :Las condiciones climáticas cambiantes también influyen en los patrones de vegetación. Estos cambios pueden alterar la prevalencia de ciertas especies de árboles que pueden ser más o menos resistentes a hongos particulares. Por tanto, los cambios en la disponibilidad y susceptibilidad de los huéspedes pueden influir en el impacto de los hongos que matan los árboles.
4. Ampliaciones de gama :Los cambios climáticos pasados, particularmente aquellos que involucran tendencias de calentamiento, han facilitado la migración o expansión del área de distribución de hongos a nuevas áreas. Las temperaturas más cálidas podrían abrir hábitats adecuados para hongos que antes estaban restringidos geográficamente, aumentando el riesgo de brotes de enfermedades de los árboles más allá de sus límites habituales.
Si bien los cambios climáticos pasados han desempeñado un papel en el fomento de los hongos que matan árboles, las preocupaciones actuales relacionadas con el calentamiento global y las alteraciones climáticas hacen que comprender estos vínculos históricos sea particularmente relevante. El clima cambiante actual intensifica la presión sobre los ecosistemas, creando condiciones favorables para que ciertos hongos prosperen y potencialmente plantean riesgos sustanciales para los bosques de todo el mundo.