El estudio encontró que los niños que viven en hogares monoparentales tienen más probabilidades de caer en la pobreza que los niños que viven en hogares biparentales. Esto se debe a que las familias monoparentales tienen más probabilidades de tener ingresos más bajos y empleos menos estables.
Los niños cuyos padres no tienen un título universitario también tienen más probabilidades de caer en la pobreza. Esto se debe a que los padres sin un título universitario tienen más probabilidades de tener trabajos peor pagados y menos seguridad laboral.
Por último, los niños cuyos padres están desempleados o subempleados tienen más probabilidades de caer en la pobreza. Esto se debe a que las familias sin ingresos estables tienen más probabilidades de tener dificultades para llegar a fin de mes.
El estudio también encontró que los niños que caen en la pobreza tienen más probabilidades de experimentar una serie de resultados negativos, incluido un menor nivel educativo, mala salud y conducta delictiva.
Los investigadores concluyeron que las políticas que apoyan a las familias, promueven la educación y crean empleos pueden ayudar a reducir el número de niños que caen en la pobreza.