1. Producción de semillas:
- Cantidad: La cantidad de semillas producidas por una población de árboles determina la disponibilidad de propágulos para su dispersión. Si la producción de semillas es alta, hay más semillas disponibles para su posible dispersión a nuevos lugares, lo que facilita la migración. Por el contrario, una baja producción de semillas puede limitar el número de individuos disponibles para colonizar nuevas áreas.
- Calidad: La calidad de las semillas, como su viabilidad y diversidad genética, también juega un papel crucial. Las semillas viables con altas tasas de germinación tienen más probabilidades de establecerse exitosamente en nuevos entornos, lo que aumenta las posibilidades de una migración exitosa. La diversidad genética asegura que las poblaciones tengan la variación genética necesaria para adaptarse a nuevas condiciones ambientales.
2. Reclutamiento de árboles juveniles:
- Establecimiento: El reclutamiento exitoso de árboles juveniles requiere condiciones adecuadas para la germinación, como humedad y nutrientes adecuados y protección contra condiciones adversas. Si se cumplen estas condiciones, los árboles jóvenes pueden establecerse y crecer, contribuyendo a la expansión de la población de árboles a nuevas áreas.
- Competencia y Herbivoría: Los árboles jóvenes enfrentan una intensa competencia de otras plantas y también pueden ser vulnerables a la herbivoría. Si la competencia y la herbivoría son altas, la supervivencia y el reclutamiento de árboles juveniles pueden ser limitados, lo que dificulta la expansión de la población.
La interacción entre la producción de semillas, el reclutamiento juvenil y los factores ambientales determina la tasa y el éxito de la migración de los árboles en respuesta al cambio climático. Comprender y gestionar estos procesos es esencial para facilitar la migración y adaptación de las poblaciones de árboles en un clima cambiante.