Hay muchas razones por las que los estudiantes continúan en huelga por el clima. Primero, el cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad y el planeta. El informe más reciente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que "se estima que las actividades humanas han causado aproximadamente 1,0 °C de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, con un rango probable de 0,8 °C a 1,2 °C. "A menos que se produzcan reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero, se alcanzará un calentamiento global de 2 °C durante el siglo XXI". Este calentamiento ya está teniendo impactos devastadores en el planeta, incluidos fenómenos climáticos más extremos, el aumento del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad.
En segundo lugar, los gobiernos no han tomado medidas sobre el cambio climático. A pesar del abrumador consenso científico sobre la necesidad de reducir las emisiones, los gobiernos han seguido subsidiando los combustibles fósiles y otras industrias que contribuyen al cambio climático. Tampoco han logrado implementar políticas que acelerarían la transición hacia una economía de energía limpia.
En tercer lugar, los estudiantes sienten que tienen la obligación moral de actuar sobre el cambio climático. Ellos son los que heredarán las consecuencias del cambio climático y quieren asegurarse de que su futuro esté protegido.
La huelga escolar por el clima es un movimiento poderoso que exige acciones sobre el cambio climático. Los estudiantes están usando sus voces para pedir un futuro mejor y están marcando la diferencia.