Las familias de bajos ingresos tienen menos resiliencia financiera:las familias con bajos ingresos a menudo carecen de los ahorros o del acceso al crédito necesarios para los esfuerzos de recuperación.
Propiedades sin seguro o con seguro insuficiente:muchos hogares de bajos ingresos no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente, lo que los deja sin recursos financieros para reconstruir o reparar sus hogares.
Desplazamiento de hogares de bajos ingresos:Los desastres a menudo desplazan a los hogares de bajos ingresos de sus comunidades, lo que dificulta su regreso.
Falta de políticas de vivienda adecuadas:algunas comunidades carecen de políticas y programas diseñados específicamente para abordar las necesidades de vivienda de los hogares de bajos ingresos después de los desastres.
Para abordar estos desafíos, las comunidades pueden tomar las siguientes acciones:
Desarrollar programas de vivienda asequible:crear programas que brinden asistencia financiera, incluidas subvenciones y préstamos, para ayudar a los hogares de bajos ingresos a reconstruir o reparar sus hogares.
Implementar políticas de preservación de viviendas:adoptar políticas que protejan las unidades de viviendas asequibles existentes para que no sean demolidas o convertidas en viviendas más caras.
Fortalecer las protecciones a los inquilinos:Garantizar que los inquilinos tengan protecciones adecuadas, como el control de alquileres, y que no sean desalojados injustamente después de un desastre.
Promover la participación comunitaria:Involucrar a residentes de bajos ingresos y organizaciones comunitarias en los procesos de planificación y toma de decisiones relacionados con la recuperación de viviendas.