* Aplicar materia orgánica al suelo. Se puede agregar al suelo materia orgánica, como abono, estiércol y residuos de cultivos, para aumentar su contenido de carbono. Esto se puede lograr mediante prácticas como el compostaje, el acolchado y los cultivos de cobertura.
* Reducción de la alteración del suelo. La labranza y otras formas de alteración del suelo pueden liberar dióxido de carbono a la atmósfera. Reducir la alteración del suelo puede ayudar a mantener el carbono almacenado en el suelo. Esto se puede lograr mediante prácticas como la labranza cero, la labranza de conservación y la agricultura en curvas de nivel.
* Plantación de árboles y plantas perennes. Los árboles y las plantas perennes pueden ayudar a aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo al absorber dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo en sus raíces y hojas. Esto se puede lograr mediante prácticas como la forestación, la reforestación y la agrosilvicultura.
* Adoptar prácticas de gestión del agua. Las prácticas de gestión del agua, como el riego y el drenaje, pueden afectar el almacenamiento de carbono en el suelo. Gestionando eficazmente los recursos hídricos, es posible crear condiciones que favorezcan el crecimiento de las plantas y el almacenamiento de carbono en el suelo.
Aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo puede tener varios beneficios, entre ellos:
* Mitigación del cambio climático. El almacenamiento de carbono en el suelo puede ayudar a reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que puede ayudar a mitigar el cambio climático.
* Mejora de la salud del suelo. Aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo puede ayudar a mejorar la salud del suelo al aumentar su fertilidad, capacidad de retención de agua y resiliencia a la erosión.
* Reducir la necesidad de fertilizantes químicos. El almacenamiento de carbono en el suelo puede ayudar a reducir la necesidad de fertilizantes químicos al proporcionar nutrientes a las plantas de forma natural y sostenible.
* Aumento de la biodiversidad. El almacenamiento de carbono en el suelo puede ayudar a aumentar la biodiversidad al proporcionar un hábitat para organismos beneficiosos, como lombrices y microorganismos.