Las hierbas marinas son plantas con flores sumergidas que viven en aguas costeras poco profundas. Desempeñan un papel vital en la preservación de la biodiversidad de la vida marina, ya que protegen o alimentan a miles de especies animales o vegetales, y ayudan a mantener los océanos saludables al bloquear el carbono y liberar oxígeno. Adaptado a la vida en agua salada por la evolución de las plantas terrestres, las hierbas marinas se adaptan constantemente a los cambios naturales en el medio ambiente causados por el clima y el aumento del nivel del mar. Sin embargo, es posible que no pueda adaptarse al daño severo y cada vez mayor que está causando la actividad humana. Puede recuperarse solo si las personas reconocen su importancia, restauran lo que han arruinado y dejan de causar una mayor destrucción.
Adaptación al entorno marino
Las hierbas marinas han evolucionado para resistir varios grados de salinidad. También pueden tolerar temperaturas que van desde menos 6 a 40 grados C. Sus tallos horizontales, llamados rizomas, les permiten sobrellevar el tirón de las corrientes y las olas. Las raíces crecen desde el rizoma para anclar la planta al lecho marino, mientras que las hojas flexibles crecen hacia arriba y pueden doblarse a la corriente sin resistencia. En las colonias mixtas de pastos marinos, las hierbas de hojas cortas y crecimiento rápido forman una estera que atrapa los sedimentos y estabiliza el lecho marino, permitiendo que las variedades más altas y de crecimiento más lento establezcan raíces.
Amenazas naturales para la supervivencia
El cambio climático debido al calentamiento global amenaza los ecosistemas marinos y terrestres. Las tormentas, los terremotos y los tsunamis pueden desgarrar los campos de hierbas marinas y llenar el agua de barro y escombros. Sin embargo, las esteras de pasto marino generalmente ayudan a proteger la costa al dispersar la violencia de las olas, y las algas marinas vuelven a crecer con el tiempo. El pasto marino responde al aumento del nivel del mar al extender las defensas costeras en aguas menos profundas. El sedimento que recolecta ayuda a prevenir la erosión y ralentiza la velocidad de pérdida de superficie terrestre en el mar.
Amenazas creadas por el hombre
Además de alimentar el calentamiento global, las actividades humanas ponen directamente en peligro las hierbas marinas en formas a las que es difícil adaptarse. Las aguas residuales, los derrames de petróleo y los desechos agrícolas e industriales contaminan el agua y la oscurecen. Seagrass necesita agua clara, iluminada por el sol para la fotosíntesis. Sin él, las plantas mueren y se pudren, lo que resulta en más, no menos, gases de efecto invernadero, así como la pérdida de hábitat para las otras plantas y animales que dependen de la hierba. El desarrollo costero que involucra el dragado de puertos y la construcción de muros de mar y muelles puede destruir praderas de pastos marinos e interrumpir las corrientes. Las hélices de los barcos también pueden arrancar las algas marinas, dejando profundas cicatrices.
Importancia para la supervivencia de otras especies
El pasto marino ayuda a mitigar los efectos del calentamiento global de varias maneras. Actúa como un sumidero de carbono mediante la absorción de dióxido de carbono, mientras que produce oxígeno a través de la fotosíntesis. Estabiliza el lecho marino, protegiendo las costas de la erosión y el daño de la tormenta. Filtra sedimentos y calma las olas.
Las praderas de pastos marinos proporcionan alimento y refugio para caballitos de mar, tortugas, arrecifes de coral, mamíferos marinos como dugongos y manatíes, y miles de especies de peces. Al actuar como un vivero marino, los prados apoyan la pesca recreativa y comercial, así como el ecoturismo. Proteger y promover el crecimiento de los pastos marinos, por lo tanto, representa una forma para que las comunidades costeras, humanas, vegetales y animales, puedan hacer frente a algunos de los efectos del cambio climático.
Ayudar a Seagrass Survive
La gente debe darse cuenta de que las algas marinas son tan importantes para los ecosistemas marinos como los arrecifes de coral y las marismas, y tan fundamentales para el equilibrio del oxígeno /dióxido de carbono en el mundo como las selvas tropicales. La clave para restaurar o mantener las praderas de pastos marinos es una gestión esclarecida a nivel estatal, federal y local. Esto implica el mapeo, monitoreo y análisis para que los programas de educación y conservación puedan planificarse de la manera más efectiva. La replantación puede ayudar, pero debe ser respaldada por mejoras en la calidad del agua y la regulación de actividades como la navegación y la construcción, para que las algas marinas puedan prosperar.