Los huracanes son poderosos ciclones tropicales que pueden durar semanas y devastar grandes áreas con fuertes vientos e inundaciones. A diferencia de los tornados, que pueden formarse rápidamente y con poca advertencia, los huracanes requieren un conjunto muy específico de condiciones y tardan un tiempo en desarrollarse. Los meteorólogos observan atentamente estas condiciones para predecir estas peligrosas tormentas.
Formación inicial
El ingrediente más importante en la formación de un huracán es el aire cálido y húmedo, razón por la cual la mayoría se forma en la región cerca del ecuador. El aire caliente y húmedo sobre el océano se eleva, reduciendo la presión debajo de él. A medida que el aire se eleva y se enfría, forma nubes. Cuando fluye más aire hacia el sistema, el aire más fresco y cargado de nubes comienza a moverse, comenzando la rotación de la tormenta. El efecto Coriolis creado por la rotación de la Tierra causa que las tormentas en el hemisferio norte giren en sentido antihorario, mientras que los ciclones en la mitad sur del mundo giran en sentido contrario.
Depresión tropical
La primera etapa de un huracán es la etapa de "depresión tropical". Para que una tormenta se clasifique como una depresión tropical, necesita ser un sistema de baja presión que involucre tormentas eléctricas, con velocidades de viento de hasta 61 kilómetros por hora (38 mph o 33 nudos). En este punto, se producen los comienzos de la rotación, pero la tormenta permanece desorganizada y no presenta un ojo claramente formado. Algunas depresiones tropicales se colapsan, mientras que otras se mueven a través del océano, reuniendo fuerzas y aumentando su intensidad. El Centro Nacional de Huracanes no nombra depresiones tropicales sino que asigna un número a cada sistema.
Tormenta Tropical
Si una depresión tropical se fortalece lo suficiente, se convierte en una tormenta tropical. Las tormentas tropicales tienen vientos que van de 63 a 117 kilómetros por hora (de 39 a 73 mph o de 34 a 63 nudos) con rotación organizada. En este punto, se forman densas bandas de lluvia, y el sistema de tormentas puede tener cientos de millas de ancho. En esta etapa de desarrollo, el NHC proporciona al sistema de tormentas un nombre de una lista alfabética pregenerada, y el sistema llevará ese nombre hasta que se disipe.
Hurricane
Una vez que una tormenta tropical genera vientos sostenidos superiores a 119 kilómetros por hora (74 mph o 64 nudos), se convierte en un huracán de categoría 1 en la escala de huracanes Saffir-Simpson. Estas tormentas presentan poderosas bandas de lluvia, una rotación bien definida y un ojo central, un lugar tranquilo en el centro de la tormenta. Si la tormenta alcanza los 179 kilómetros por hora (111 mph o 96 nudos) o una tormenta de categoría 3, el NHC lo clasifica como un huracán importante. Las tormentas más potentes alcanzan la Categoría 5, con vientos sostenidos de más de 249 kilómetros por hora (155 mph o 135 nudos). Los huracanes comienzan a perder intensidad una vez que tocan tierra, o cuando encuentran ciertas condiciones meteorológicas, y el Servicio Meteorológico Nacional continuará rastreando y monitoreando un sistema hasta que pase por debajo de la fuerza de la depresión tropical y se disipe.