La actividad industrial en la Tierra ha contribuido a la atmósfera con contaminantes como el óxido nítrico y el dióxido de azufre, y estos químicos caen al suelo como lluvia ácida. Otro planeta en el sistema solar, Venus, tiene un problema similar, pero las condiciones allí difieren drásticamente de las de la Tierra. De hecho, son tan diferentes que algunos científicos lo ven como el lugar menos hospitalario para la vida en el sistema solar.
La atmósfera de Venus
La superficie de Venus es literalmente un semillero. Según la NASA, la temperatura allí alcanza los 462 grados Celsius (864 grados Fahrenheit), que es lo suficientemente caliente como para derretir el plomo. Aunque Venus está más cerca del sol que la Tierra, el calentamiento global, no la proximidad solar, impulsa las altas temperaturas. La atmósfera se compone principalmente de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, y es mucho más denso que la atmósfera de la Tierra, de hecho, 90 veces más denso. La atmósfera también contiene nitrógeno y pequeñas cantidades de vapor de agua y dióxido de azufre.
Lluvia ácida en Venus
Al igual que la lluvia ácida en la Tierra, eso en Venus resulta de la combinación de dióxido de azufre y agua . Los dos compuestos existen en la atmósfera superior más fría, entre 38 y 48 kilómetros (24 a 30 millas) sobre el suelo. Forman nubes de ácido sulfúrico que se condensa en gotas, pero la lluvia ácida nunca llega al suelo. En cambio, se evapora a una altura de 30 kilómetros (19 millas) y se eleva para formar nuevamente nubes, continuando el ciclo. Por lo tanto, alguien con la mala suerte de estar en la superficie del planeta se libraría al menos de una lluvia de ácido sulfúrico.
Actividad volcánica
El dióxido de azufre en la atmósfera de Venus proviene de la actividad volcánica. Venus tiene más volcanes que cualquier otro planeta en el sistema solar: 1.600 principales y más de 100.000 más pequeños. Sin embargo, a diferencia de los volcanes de la Tierra, los de Venus exhiben una forma única de erupción: flujo de lava líquida. No hay agua en la superficie que cause las erupciones explosivas que ocurren en la Tierra. Muchos de los volcanes en Venus parecen estar muertos, pero un pico de dióxido de azufre en la atmósfera y su posterior declive, registrado por Venus Express Orbiter de la Agencia Espacial Europea, sugiere la posibilidad de una erupción reciente.
Ciclo de dióxido de azufre
En 2008, Express Orbiter detectó una capa de dióxido de azufre más alta en la atmósfera de Venus de lo esperado. La capa, que está entre 90 y 100 kilómetros (56 a 68 millas) sobre la superficie, desconcertó a los científicos, que creían que la intensa radiación solar a esa altitud debería destruir cualquier dióxido de azufre que no se haya combinado con agua para formar ácido sulfúrico. El descubrimiento muestra que algunas gotas de ácido sulfúrico se evaporan a altitudes más altas de lo que se pensaba y plantea serias dudas sobre las propuestas de inyectar dióxido de azufre, que desvía la luz solar, en la atmósfera terrestre para combatir el calentamiento global.