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Un equipo de investigadores de la Universidad de Bayreuth en Alemania descubrió que los microplásticos expuestos a varias semanas de clima son absorbidos más fácilmente por las células de ratón que los microplásticos frescos. En su artículo publicado en la revista Avances de la ciencia , el grupo describe experimentos que realizaron con microplásticos y células de ratón.
Los investigadores con este nuevo esfuerzo notaron que la mayoría de los estudios sobre el impacto de la ingestión de microplásticos por animales han involucrado el uso de muestras de microplásticos casi prístinas. Señalaron que esta práctica probablemente estaba produciendo resultados inexactos porque los microplásticos desgastados son notablemente diferentes de los que aún son prístinos. Para averiguar si este fue realmente el caso, los investigadores llevaron a cabo experimentos que implicaron exponer células de ratón a microplásticos de diferentes fuentes.
El trabajo consistió en recolectar muestras de agua de un estanque artificial, un acuario de agua salada y una fuente estéril. Sumergieron microplásticos en todas las muestras de agua durante dos a cuatro semanas. Próximo, recuperaron los microplásticos y los expusieron a células de ratón con actina marcada con fluorescencia, secciones de la red del citoplasma del ratón que desempeñan un papel en la internalización, durante aproximadamente tres horas. El sistema de etiquetado permitió a los investigadores observar cuáles de las células estaban internalizando los microplásticos y en qué grado.
Al mirar sus resultados, Los investigadores encontraron que los microplásticos expuestos a las fuentes de agua reales se internalizaron 10 veces más a menudo que los del agua estéril. Una mirada más cercana mostró que los microplásticos erosionados estaban cubiertos con una costra formada por microorganismos y biomoléculas; la costra sirvió como una especie de "caballo de Troya" que llevó a las membranas de las células del ratón a engullirlas y llevarlas al interior de la célula. Los investigadores observaron además que después de que los microplásticos se abrieron paso hacia las células, se trasladaron al sistema circulatorio y al tejido del ratón, que desencadenó una respuesta inflamatoria. Sugieren que los futuros estudios de impacto de microplásticos implican el uso de microplásticos erosionados.
Anja Ramsperger M. Sc. utiliza un microscopio de fluorescencia para examinar la absorción celular de partículas microplásticas del agua dulce o del mar. Crédito:UBT. / Chr. Wissler
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