No hay evidencia definitiva que sugiera que un mal enero necesariamente señale un mal año para los mercados bursátiles. Si bien los datos históricos pueden mostrar que el desempeño de enero ha influido en los rendimientos anuales en algunos casos, es importante señalar que el desempeño pasado no garantiza resultados futuros. El rendimiento del mercado de acciones está influenciado por una multitud de factores complejos, y los rendimientos de enero por sí solos no pueden predecir con precisión la trayectoria de todo el año.