La aplicación excesiva de nitrógeno puede provocar una serie de problemas, entre ellos:
* Crecimiento excesivo. Las plantas de maíz que reciben demasiado nitrógeno crecerán excesivamente altas y exuberantes, lo que puede hacerlas más susceptibles al acame (caída). El acame puede reducir los rendimientos y dificultar la cosecha.
* Quemaduras de hojas. Demasiado nitrógeno puede provocar que las hojas de las plantas de maíz se quemen, lo que puede reducir la fotosíntesis y frenar el crecimiento.
* Problemas de calidad del grano. Las plantas de maíz que reciben demasiado nitrógeno pueden producir granos ricos en proteínas y bajos en almidón, lo que puede hacerlos menos atractivos para los compradores.
* Problemas ambientales. El exceso de nitrógeno puede filtrarse a las aguas subterráneas y superficiales, donde puede causar proliferación de algas y otros problemas de calidad del agua. El nitrógeno también puede contribuir a la contaminación del aire cuando se libera a la atmósfera en forma de óxido nitroso.
Es importante trabajar con un agrónomo calificado para determinar la cantidad óptima de nitrógeno que debe aplicar a su cultivo de maíz.