Según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA), el volumen promedio de agua utilizado por operación de fracturación en los Estados Unidos osciló entre 1,5 millones y 16 millones de galones en 2015. Esta es una disminución significativa con respecto al promedio de 25 millones de galones por operación de fracturación. en 2011.
La EPA también estima que la cantidad total de agua utilizada para el fracking en Estados Unidos en 2015 fue de aproximadamente 29 mil millones de galones. Esta es una fracción de la cantidad total de agua que se utiliza cada día en los Estados Unidos, que es aproximadamente 322 mil millones de galones.
El uso de agua de fracturación hidráulica ha disminuido en los últimos años debido a una serie de factores, incluido el uso de prácticas de perforación y terminación más eficientes, el uso de agua reciclada y el uso de fluidos de fracturación alternativos. El uso de agua reciclada y fluidos de fractura alternativos ha reducido la cantidad de agua dulce necesaria para el fracking en aproximadamente un 50 % desde 2011.
Además, muchos estados han adoptado regulaciones para reducir el uso de agua en el fracking, incluido el requisito de que los operadores revelen su uso de agua y la reciclen siempre que sea posible. Estas regulaciones han ayudado a reducir aún más el uso de agua en el fracking.
Si bien el uso de agua en el fracking ha disminuido significativamente en los últimos años, sigue siendo una preocupación para muchas personas. Existe la preocupación de que el fracking pueda agotar los recursos de aguas subterráneas, contaminar los suministros de agua potable y dañar los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, la gran mayoría de los estudios sobre fracking no han encontrado evidencia de impactos ambientales adversos significativos.