La pandemia de COVID-19 provocó perturbaciones generalizadas en las cadenas de suministro mundiales, afectando la producción y el transporte de bienes esenciales, incluida la fórmula para bebés. Los cierres de fábricas, la congestión portuaria y los retrasos en el transporte provocaron escasez de ingredientes clave y materiales de embalaje, lo que limitó la producción de fórmulas.
2. Retirada del producto:
En febrero de 2022, Abbott Nutrition, un importante productor de fórmulas para bebés, retiró del mercado varias marcas de fórmulas debido a una posible contaminación bacteriana. Esto restringió aún más el suministro de fórmula disponible, exacerbando la escasez.
3. Compras de pánico del consumidor:
La noticia de la escasez de fórmula provocó pánico entre los padres, lo que provocó un aumento de la demanda y el acaparamiento. Temiendo no poder encontrar fórmula para sus bebés, muchos compraron más de lo que necesitaban, lo que contribuyó a la escasez.
4. Falta de diversificación en la producción de fórmulas:
Estados Unidos depende en gran medida de un pequeño número de grandes fabricantes de fórmulas para bebés, lo que hace que el mercado sea vulnerable a interrupciones cuando cualquiera de estas empresas enfrenta desafíos de producción.
5. Regulaciones y Tarifas:
La industria de las fórmulas enfrenta varias barreras regulatorias y aranceles, que hacen que sea más difícil y costoso para las fórmulas producidas en el extranjero ingresar al mercado estadounidense. Esto limita las opciones de los consumidores y aumenta su dependencia de la producción nacional.
6. Desafíos del programa WIC:
El Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC) de EE. UU. proporciona fórmula financiada por el gobierno a familias elegibles, pero muchos participantes de WIC experimentaron dificultades para obtener fórmula debido a la escasez.
7. Aumento de precios:
A medida que la demanda superó la oferta, surgieron casos de aumento de precios, en los que los minoristas y vendedores en línea cobraban precios inflados por las fórmulas para bebés, lo que creaba cargas financieras adicionales para las familias.
8. Respuesta gubernamental inadecuada:
Los críticos argumentan que la respuesta del gobierno estadounidense a la crisis fue lenta e insuficiente, con dificultades para movilizar recursos y coordinarse con los fabricantes para aliviar la escasez.
9. Falta de capacidad de fabricación nacional:
Estados Unidos depende en gran medida de la fórmula importada y, cuando la cadena de suministro internacional se vio interrumpida, la producción nacional no pudo aumentar rápidamente para satisfacer la creciente demanda.
10. Cuestiones de equidad y acceso a la fórmula:
La crisis afectó desproporcionadamente a familias vulnerables, incluidos hogares de bajos ingresos, comunidades de color y áreas rurales con acceso limitado a tiendas con diversos suministros de fórmula.