El lago Nyos está situado en una zona volcánica y se le conoce como un "lago de soda", lo que significa que contiene altos niveles de CO2 disuelto. En condiciones normales, este CO2 queda atrapado de forma segura en las aguas profundas del lago, pero una perturbación puede provocar que el gas se libere repentinamente.
En el caso del lago Nyos, se cree que un deslizamiento de tierra o una actividad volcánica desencadenó un proceso llamado "vuelco". Durante el vuelco, el agua profunda, rica en CO2, sube a la superficie y se mezcla con el aire, lo que provoca que el gas se libere rápidamente. Esto puede crear una nube de CO2 que puede extenderse sobre un área amplia, asfixiando a cualquier criatura viviente a su paso.
La nube de CO2 del lago Nyos descendió a los valles que rodean el lago, desplazando el aire y provocando una pérdida de oxígeno. Las personas y los animales que estuvieron expuestos a la nube murieron en cuestión de minutos, sin previo aviso ni posibilidad de escapar.
El desastre no podría haberse predicho ni evitado, ya que los conocimientos científicos sobre el lago Nyos y los riesgos potenciales de liberación de gas eran limitados en ese momento. Después del evento, se llevó a cabo una extensa investigación para comprender la limnología y la dinámica del lago Nyos y lagos de soda similares para prevenir futuros desastres.
Para mitigar riesgos futuros, se instaló un sistema de desgasificación en el lago Nyos para liberar de forma segura el exceso de CO2 de forma controlada. Este sistema ha estado operativo desde 2001 y ha evitado con éxito una mayor acumulación de gas y posibles emisiones.