* Contenido de arena alto:
* Falta de cohesión: Las partículas de arena son grandes y no se unen bien, lo que hace que el suelo sea suelto y fácilmente desalojado por el viento o el agua.
* Infiltración de agua pobre: La arena no sostiene bien el agua, lo que permite que el agua de lluvia se escape rápidamente y se aleje las partículas del suelo.
* Contenido de arcilla alto:
* Expansión y contracción: Las partículas de arcilla se hinchan cuando están húmedas y se encogen cuando se secan, creando grietas y fisuras que hacen que el suelo sea vulnerable a la erosión.
* Drenaje pobre: Los suelos de arcilla son densos y compactos, obstaculizando la infiltración de agua y conducen a la escorrentía.
Por el contrario, los suelos con una mezcla equilibrada de arena, limo y arcilla (franco) son generalmente más resistentes a la erosión. Esto se debe a que los diferentes tamaños de partículas crean una estructura más cohesiva, mejorando la infiltración de agua y reduciendo la escorrentía.