Los datos recopilados por la nave espacial Cassini muestran que Titán, la luna más grande de Saturno, tiene un interior compuesto por una mezcla de hielo y roca. Este hallazgo se basa en las observaciones de Cassini sobre la gravedad y la forma de Titán.
Las mediciones de la gravedad de Cassini, realizadas siguiendo con precisión la órbita de la nave alrededor de Saturno, proporcionaron información sobre la masa y el momento de inercia de Titán, una medida de cómo se distribuye la masa dentro de un cuerpo. Combinadas con los datos topográficos del radar de Cassini, que mapearon las características de la superficie de Titán, estas mediciones de la gravedad permitieron a los científicos inferir la estructura interna de la luna.
Los resultados muestran que la capa exterior de Titán, que se extiende hasta una profundidad de unos 1.000 kilómetros, está compuesta por aproximadamente un 70 por ciento de roca y un 30 por ciento de hielo. Debajo de esta capa, el interior es progresivamente más rico en hielo, con un núcleo rocoso que representa alrededor del 25 por ciento de la masa total de la luna.
Esta mezcla de hielo y roca tiene implicaciones importantes para los procesos geológicos y superficiales de Titán. La presencia de agua interna podría sustentar potencialmente depósitos de agua líquida, que son cruciales para la habitabilidad. Además, la variación en el contenido de hielo dentro del interior de Titán podría conducir a un transporte de calor impulsado por convección y a una actividad geológica, esculpiendo la superficie de la luna e impulsando las diversas características del paisaje de Titán.
Los hallazgos de las observaciones de Cassini contribuyen significativamente a nuestra comprensión de la estructura y dinámica interna de Titán, proporcionando nuevos conocimientos sobre la evolución y los procesos que dieron forma a esta fascinante luna. La exploración e investigación adicionales del interior de Titán seguirán profundizando nuestro conocimiento de este extraordinario cuerpo celeste.