Ubicado en el corazón del suroeste de Utah, el Parque Nacional Zion es un paraíso geológico tallado por el río Virgin. Si bien sus imponentes acantilados, sus profundos cañones y sus impresionantes vistas atraen a millones de visitantes cada año, pocos conocen la historia detrás de la formación del parque. Uno de los acontecimientos más importantes que dio forma al paisaje de Sión fue el Gran Colapso de Kólob.
Una caída colosal:
Hace aproximadamente 10 a 12 millones de años, la corteza terrestre de la región experimentó una importante actividad tectónica. Las erupciones volcánicas y el levantamiento de la meseta de Colorado crearon una inmensa presión sobre las capas de roca en lo que hoy es el Parque Nacional Zion. Con el tiempo, estas presiones se volvieron demasiado insoportables, lo que provocó un colapso catastrófico de las capas de roca a lo largo de la Terraza Kolob, una mesa cerca del límite oriental de Sión.
El resultado fue un enorme deslizamiento de tierra, uno de los mayores de la historia geológica. Miles de millones de toneladas de arenisca Navajo, Formación Kayenta y Arenisca Entrada cayeron, creando un enorme campo de escombros y dejando tras de sí imponentes acantilados y cañones. El colapso liberó una energía tan inmensa que las ondas de choque se propagaron por la región, provocando más desprendimientos de rocas y deslizamientos de tierra.
Paisajes cambiantes:
El Gran Colapso de Kólob tuvo un profundo impacto en la topografía del área. El río Virgin, que había estado fluyendo a través de un valle ancho y poco profundo, ahora se vio obligado a abrirse camino a través del campo de escombros. Durante millones de años, el implacable poder erosivo del río excavó los profundos y estrechos cañones que vemos hoy en Sión. Los imponentes acantilados y monolitos que caracterizan el parque, como Watchman y Angels Landing, son restos de las enormes capas de roca que colapsaron.
Un legado geológico:
El Gran Colapso de Kólob no sólo moldeó el paisaje físico del Parque Nacional Zion sino que también influyó en la diversidad ecológica de la región. La variada topografía y microclimas creados por el colapso permitieron el desarrollo de diversas comunidades vegetales y animales. Los ecosistemas únicos del parque albergan numerosas especies, incluidos el venado bura, el borrego cimarrón, los cóndores y el papamoscas sauce del suroeste, en peligro de extinción.
Hoy en día, los visitantes del Parque Nacional Zion pueden maravillarse ante la grandeza de los cañones y acantilados, sin darse cuenta del colosal deslizamiento de tierra que ocurrió hace millones de años. El Gran Colapso de Kólob dejó una marca indeleble en el paisaje de Sión, creando una maravilla natural que continúa inspirando asombro y asombro en todos los que la contemplan.