Los investigadores examinaron antiguos hogares y artefactos utilizados para la preparación de alimentos en los sitios, que datan de hace aproximadamente 1,8 millones de años y hace 1,2 millones de años. Encontraron evidencia de que los primeros humanos usaban fuego para cocinar alimentos y también molían y machacaban material vegetal para hacer harina o gachas. Esto indica un enfoque más sofisticado de la preparación y procesamiento de alimentos de lo que se suponía anteriormente.
El estudio sugiere que la dieta Paleo, que enfatiza el consumo de alimentos crudos o mínimamente procesados basándose en la suposición de que así comían nuestros antepasados, puede no ser del todo exacta. Los humanos antiguos eran más adaptables e ingeniosos de lo que se pensaba anteriormente, y sus dietas probablemente variaban dependiendo de la disponibilidad de diferentes fuentes de alimentos y el desarrollo de nuevas tecnologías para procesar los alimentos.
Los hallazgos de este estudio contribuyen a un creciente cuerpo de evidencia que desafía los supuestos tradicionales sobre la dieta Paleo y arroja luz sobre las prácticas dietéticas diversas y en evolución de nuestros ancestros antiguos.