Dependiendo de la "apariencia" que desee lograr, puede probar una variedad de formas para cambiar el color de su superficie de metal. Por lo general, pueden ocurrir diferentes niveles de oxidación en la superficie de su metal en función del método que está utilizando y el metal involucrado. Al cambiar el color de la superficie de su metal, proteja sus manos de cualquier químico con el que esté trabajando. Trabaje en un área bien ventilada para que los humos químicos y de pintura no sean un peligro.
Coloque su metal en una bandeja para hornear. Use una pistola de calor para aplicar calor de alta potencia a su metal hasta que cambie de color. Este método generalmente funciona mejor en metales tales como cobre, titanio y acero. Por ejemplo, el calor aplicado al cobre puede cambiar su acabado de color naranja bronceado a un rojo opaco, morado o blanco azulado. Permita que su metal se enfríe completamente antes de manipularlo.
Pinte en su metal con pintura especial de metal usando un pincel o una esponja de pintura. Pintar directamente en la superficie de su metal cambiará el color de su metal cosméticamente, pero seguirá siendo del mismo color debajo de las capas de pintura. La pintura de metal viene en varios colores, desde blanco y negro, hasta verde y tierra de Siena quemada.
Aplique una cera de metal de color a la superficie de su metal con un trapo. Use guantes de plástico durante la aplicación. Permita que la cera se seque por completo antes de manipular su objeto. Las ceras de metal, que se pueden comprar en ferreterías y tiendas de artesanías, generalmente vienen en forma de pasta; le dan al metal un aspecto oxidado similar a la aplicación de calor.
Deje su metal en un área donde esté expuesto al aire fresco y a elementos como el calor, la humedad y la contaminación. Con el tiempo, esta exposición puede oxidar su metal y crear una pátina en su superficie, generalmente de un color marrón verdoso. Este método funciona mejor en metales como el bronce, el cobre y el estaño.
Aplique el producto de pátina con un pincel a la superficie de su metal para acelerar el proceso de oxidación artificialmente. Permita que el proceso de oxidación surta efecto, generalmente en unas pocas horas. Permita que el metal se seque completamente antes de manipularlo.